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La amenaza terrorista vende y los medios la compran

Me decía un amigo periodista el otro día, en una cena reencuentro de compañeros de universidad, que me veía muy alterada con lo que estaba pasando en Malí.

-Escribes cada post en tu blog…, comentó.

-No te creas, le contesté. Estoy tranquila pero, aunque entiendo que te sea ajena, esta es mi lucha y no la voy a abandonar.

Es verdad que cuando se lo dije me sentía calmada porque ya no me indigno tanto. De nada sirve, y encima me hace daño… No obstante, su observación me hizo reflexionar. ¿Quizá «mi activismo», aun recobrada la serenidad, esté teniendo el efecto contrario? ¿Quizá mi discurso vehemente no sirva para entrar en las mentes abiertas a lo desconocido y solo llegue a los que ya opinan como yo, e incluso provoque un mayor rechazo a los que piensan de modo distinto?, me pregunté.

Pero entonces recordé lo que me había dicho un profesor a quien yo, en su día, había acusado de tener un discurso africanista demasiado radical: «Fátima, hay que serlo». Y, efectivamente, no queda otra si te vuelven a golpear hechos tan denunciables como que la amenaza terrorista venda y los medios la compren. Por ejemplo.

Desde la noche del sábado hasta ayer, los informativos, los diarios online y las redes sociales de todo el mundo se hicieron eco de la declaración de independencia del Norte de Malí por parte del Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA) y del islamista Ansar Dine. Los dos grupos de rebeldes tuaregs, que desde el 1 de abril controlan la zona septentrional de Malí, se habían unido para crear un Estado independiente, donde reinaría la sharia (la ley islámica).

Analistas y periodistas duchos en la materia derrocharon tinta y saliva alertándonos de lo que ello podría significar para el mundo; y para nosotros, españoles y europeos, casi vecinos del nuevo Estado no reconocido. Sobre todo, porque células de Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) y el Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental (MUYOA) se mueven a sus anchas por el territorio y, para unos más y para otros menos, estos grupos terroristas, que habrían colaborado en la toma del Norte de Malí, también podrían estar detrás de estos acuerdos. De nuevo, islamismo, integrismo y terrorismo se mezclaban sin mezclar.

Esta mañana, sin embargo, leía que el MNLA -que ya declaró la independencia del Azawad el pasado 6 de abril- no habría firmado el comunicado final por no llegar al entendimiento con Ansar Dine, al mostrarse en contra de la implantación de la sharia «pura y dura» o de que Ansar Dine quiera prohibir la entrada a las organizaciones humanitarias no musulmanas.

¿Extrañada? No. Dentro del estado de confusión en el que vive Malí todo es posible pero, en principio, resulta difícil de entender que el MNLA alcance un acuerdo con Ansar Dine. Esa unión une al Sur en su contra y, llegado el caso, daría mayores argumentos a los intervencionistas. Además, durante la toma de las tres regiones del Norte, el MNLA -que tiene portavoz en París, página web y muchos seguidores que otorgan fuerza a lo que publica- había mostrado desacuerdos de este tipo con Ansar Dine.

Lo que me vuelve a sorprender, aunque no debería porque también me hace daño, es que muy pocos, poquísimos, de los medios y analistas, que esos días lanzaron sin reparos el globo sonda, han contado hoy las novedades.

Esta vez, los tuaregs del MNLA no han medido bien el impacto de su campaña. Flirtear con el integrismo se paga caro en este mundo globalizado, que se sabe nutrir bien de errores como este.

Si la solución dialogada al conflicto del Norte de Malí ya era más complicada que en cualquiera de las otras tres rebeliones tuaregs que se han registrado en el país, desde su independencia en 1960, ahora lo es un poquito más. A los fracasados pactos nacionales del pasado se añade mucho dolor, nuevos y variados intereses externos e internos que, en parte, han conseguido desestabilizar también el Sur y, tras este último desconcierto, aún más desconfianza…

Los malienses del Norte y los malienses del Sur, incluidos los tuaregs -muchos de ellos en campos de refugiados-, sufren la instalación de las células terroristas y/o de traficantes en su suelo, desde hace años. La laxitud de las políticas malienses respecto a la situación que se ha ido fraguando en el Norte, sea por falta de medios o en connivencia, y distintas actuaciones de la Comunidad Internacional han provocado un daño irreparable en este país que, de pronto, tanto nos inquieta. Lo que quiero pensar que se nos escapa es que, quizá, esta situación solo sea reversible con la colaboración de los tuaregs…

Y qué me perdonen todos mis amigos malienses si no me he hecho entender… Sé que su sufrimiento todavía está muy vivo…

Gracias a Sékéné Mody Cissoko por su legado

Un breve y merecido recuerdo para el historiador maliense Sékéné Mody Cissoko, fallecido el pasado 17 de mayo en Bamako, a los 80 años de edad.

A todos a los que les interese la historia y el presente de Malí, les recomendaría especialmente una de sus obras:

Tombouctou et L’Empire Songhay. Épanouissement du Soudan nigérien aux XVe-XVIe siècles. Editorial: L’Harmattan.

Su dedicatoria reza:

«A la mémoire de mon père Sékéné qui m’enseigna la sagesse des traditions du terroir,

A mes étudiants, à la jeunesse d’Afrique espoir pour le renouveau du viuex Continent.»

«A la memoria de mi padre Sékéné que me enseñó la sabiduría de las tradiciones de la región,

A mis estudiantes, a la juventud de África esperanza para la renovación del viejo Continente.»

29 de abril: ni urnas, ni golpistas… En manos extrañas

Hoy es día 29 de abril. Hoy era el día en que Malí tenía previsto celebrar la primera vuelta de las quintas elecciones presidenciales “libres y democráticas”, desde su independencia de Francia en 1960.

Hoy hace tres meses y 12 días que los rebeldes tuaregs se sublevaban en el norte de Malí, por cuarta vez desde la independencia.

Hoy hace dos meses y tres días que el entonces presidente de Malí, Amadou Toumani Touré (ATT), se dirigía por primera vez a la nación para hablar de lo que estaba ocurriendo en el norte del país, mientras que en el Sur se vivía una intensa campaña preelectoral como si nada sucediera en la parte septentrional. ATT, protagonista perpetuo de los informativos de la radio-televisión pública (ORTM), había callado hasta entonces y lo seguiría haciendo después, salvo contadas excepciones y siempre a través de medios extranjeros.

Hoy hace un mes y siete días que un grupo de militares del ejército maliense, liderados por el capitán Amadou Haya Sanogo, daba un golpe de Estado y creaba el Comité Nacional para la Recuperación de la Democracia y la Restauración del Estado (CNRDRE), con el objetivo de asegurar la integridad territorial, la unidad nacional y formar un gobierno de transición para celebrar una elecciones presidenciales realmente “libres y democráticas”.

Hoy hace 28 días que Tombuctú caía en manos de los rebeldes, por lo que los tuaregs conquistaban en tan solo tres días las capitales de las tres regiones del Norte: Kidal, Gao y Tombuctú.

Hoy también hace 28 días que el presidente de la Junta Militar, Sanogo, y el representante de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), el ministro de Asuntos Exteriores de Burkina Faso, Djibril Bassolé, llegaban a un principio de acuerdo por el que el CNRDRE reinstauraba el orden constitucional y la CEDEAO cancelaba la amenaza de embargo, cuyo plazo finalizaba esa noche.

Hoy hace 27 días que los líderes de la CEDEAO, reunidos en Dakar -junto con otros líderes como el ministro de Exteriores francés, Alain Juppé- para asistir al acto de investidura del nuevo presidente de Senegal, Macky Sall, rompían unilateralmente las negociaciones con el CNRDRE e implantaban el “embargo total” al pueblo maliense (cierre de fronteras, de bancos…). Esa misma mañana, Francia había llamado a sus nacionales a salir del país y, coincidencia o no, el embargo total excluyó el cierre del espacio aéreo.

Hoy hace 22 días que se levantaba el embargo a Malí, después de que la Junta Militar aceptase los requisitos de la CEDEAO: entrega del poder a la sociedad civil; nombramiento del presidente de la Asamblea Nacional, Dioncounda Traoré, como presidente interino; nombramiento de un gobierno de transición hasta la celebración de unas elecciones “libres y democráticas”…

Desde entonces, se garantizó la seguridad de ATT -que ya descansa en Senegal-; Traoré fue nombrado presidente interino de Malí; Cheick Modibo Diarra, primer ministro; se aprobó un Ejecutivo compuesto por 24 ministros…

Sin embargo, una vez más, la CEDEAO ha vuelto a sorprender a los malienses. El pasado jueves, tan solo dos días después de la formación del nuevo Gobierno, la organización regional anunció que enviará tropas al sur de Malí para garantizar la salida de la Junta Militar del poder y la celebración de unas elecciones “libres y democráticas” en el país, en el plazo máximo de 12 meses.

Cierto es que, durante estas últimas semanas, Sanogo también ha dado algunas señales confusas como la de ordenar la detención de una veintena de altos cargos políticos y militares, aunque luego fueran liberados.

Pero hoy, 29 de abril de 2012, el día en que estaba previsto que se celebrara la primera vuelta de  unas elecciones presidenciales “libres y democráticas”, la pregunta que imagino se plantean numerosos malienses será la misma que se hicieron el 2 de abril cuando la CEDEAO decidió imponer el “embargo total” tan solo un día después de haber retirado su amenaza: ¿Quién gobierna en Malí? ¿Qué capacidad real de decidir su destino tienen hoy la mayor parte de los malienses?

Cuando estas cosas suceden, siempre hay nacionales que defienden e incluso colaboran con los extranjeros, sobre esto no caben dudas. Pero el pasado 2 de abril, la mayor parte de los malienses ni quería ni merecía un embargo total impuesto “por sorpresa” desde el exterior, como solución a sus problemas. Por ello, supongo la impotencia que deben de estar sintiendo hoy un elevado número de personas ante la nueva situación de incertidumbre causada por la CEDEAO. El temor que deben de estar sufriendo los malienses, mientras esperan sin fecha a que tropas extranjeras entren en su territorio. Y no para ayudarles a liberar el Norte como deseaban, sino para controlarlos en el Sur.

Sanogo anunciaba ayer, 28 de abril, que no está de acuerdo con la nueva resolución de la CEDEAO, que establece el plazo de un año para la celebración de los comicios cuando la Junta Militar y la organización regional ya habían decidido agotar el plazo máximo de 40 días marcado por la Constitución, para luego -en el caso probable de no poder materializarse las elecciones- determinar qué otros pasos dar.

Hoy, día 29 de abril de 2012, quiero dejar claro que desapruebo cualquier toma de territorio o poder por la fuerza; que desapruebo cualquier injerencia externa y más la de aquellos que protegen sus propias fronteras a golpe de fuego, leyes y falta de ética; que desapruebo la imposición de cualquier modelo de Estado o de gobierno; que desapruebo el comportamiento de los líderes africanos que -en complicidad o no con las potencias extranjeras- no defienden los intereses de sus pueblos, sobre los que se basa su legitimidad.

Hoy, día 29 de abril de 2012, quiero dejar claro que defiendo los derechos humanos de cada uno de los malienses: los civiles y políticos y, en igual medida, los económicos, sociales y culturales. Que me avergüenzan las imágenes que me vinieron de golpe a la retina el día 2 de abril, tras la imposición del embargo: la de los vagabundos que pueblan Bamako; la de los niños de la calle; la de los enfermos de malaria, de polio, de asma por respirar el polvo de unas calles no asfaltadas; la de los campos de refugiados del Norte; la de la escasez de grano…

Hoy, día 29 de abril de 2012, quiero dejar claro que admiro y defiendo los valores de una sociedad en la que quienes más tienen todavía saben reconocer el privilegio de poder compartir su comida diaria con sus vecinos más necesitados; donde no se abandona a los ancianos; donde se nace y se muere en comunidad porque las personas se unen para celebrar los llantos de un recién nacido y para llorar la pérdida de un ser querido; donde los descendientes de antiguos esclavos bromean con quienes, de no haber cambiado las leyes, serían todavía sus amos; donde la paciencia te llega a parecer un don y la alegría: el arte de saber vivir ante la adversidad; donde pro-golpistas y anti-golpistas han sabido evitar el enfrentamiento en pro de la paz…

Los niños y niñas de Malí, un territorio rico en petróleo, en gas, en uranio, en oro, en agua, no se merecen un mal gobierno autóctono, pero tampoco un futuro marcado por el recuerdo de un país militarizado por soldados que ni hablan su lengua y que, ojalá me equivoque, no están al servicio de sus intereses.

Los padres y madres de estos hijos e hijas tampoco merecen este presente.

¿El MNLA declara la independencia del Norte de Malí?

Esta mañana, el Movimiento Nacional para la Liberación de L’Azawad (MNLA) ha declarado la independencia del Norte de Malí, en su web, pero como he escrito en mi Facebook, y sin ánimo de analizar sino de invitar a la reflexión:

A todos los que dan por descontada la división del país en dos, les preguntaría: ¿Alguno se ha planteado si un territorio se puede independizar gracias a una rebelión armada? ¿Alguno ha recordado que el MNLA no es el único que ha conquistado el Norte de Malí? ¿Alguno se ha parado a pensar que en el Norte viven otras poblaciones como los sonrays, desde hace siglos? ¿Alguno es consciente de que, además de uranio, ya está claro que en el Norte hay petróleo y gas listos para ser explotados? ¿Alguno se cuestiona por qué la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) y la Unión Africana (UA) mandan más que los propios malienses? ¿Alguno se interroga sobre si los líderes de la CEDEAO y de la UA quizá manden menos que los franceses y los americanos o por lo menos igual?

Según mis fuentes, las tropas de la CEDEAO ya han entrado en Malí (en Sikasso), vía Burkina Fasso. Tras la reunión de ayer de los jefes de Estado Mayor, en Abidján, se desconoce cuál es el objetivo de esta intervención militar en el país. Ayer se hablaba de varios fines: sacar del poder a los golpistas, reinstaurar las instituciones democráticas, solucionar la crisis del Norte…

El domingo, la CEDEAO se mostraba abierta al diálogo con el líder de la Junta Militar, el capitán Sanogo, y cancelaba la amenaza de embargo cuyo plazo finalizaba a las 0:00 horas del lunes. Aunque el paso dado no era suficiente, el presidente del Comité Nacional para la Recuperación de la Democracia y la Restauración del Estado (CNRDRE), Sanogo -que perpetró el golpe de Estado en Malí entre el 21 y el 22 de marzo-, decidió restablecer la Constitución de 1992 y reiteró su intención de no perpertuarse en el poder con la «próxima» celebración de unas elecciones democráticas en las que los militares golpistas no participarían.

El lunes por la tarde, tras la reunión de jefes de Estado de la CEDEAO en Dakar (y de representantes de la comunidad internacional), la organización subregional sorprendía con la implantación del embargo «total» (económico, financiero y diplómatico) a Malí. La CEDEAO decidía unilateralmente el fin de las negociaciones.

Ayer Sanogo podría haber vuelto a intentar negociar su salida del gobierno con la intención de dar prioridad a encontrar una solución para el conflicto del Norte. La CEDEAO habla de estar buscando la forma de levantar el embargo.

La realidad en este momento, insisto, es que las tropas de la CEDEAO ya están en Malí, el embargo continúa y el MNLA acaba de declarar la independencia del Norte del país.

No entendéis nada, ¿verdad? Yo, tampoco. En Bamako, tampoco. Lo que pudiera pasar hoy era imprevisible ayer y lo sigue siendo hoy. Lo que pudiese pasar ayer era desconcertante antes de ayer. Lo que pueda pasar mañana, nadie lo sabe.

La desinformación del Norte y la manipulación de la información es evidente, pero la falta de previsibilidad también, ante tantos dobles juegos.

Los que están pagando esta situación: los de siempre. De los que apenas se habla porque a los países del Norte les ciegan los avances de un islamismo que, queriendo o sin querer, fomentan. Al igual que a algunos líderes del Sur.

Los que están pagando esta situación: los de siempre. De los que apenas se habla porque a los países del Norte les ciega la necesidad de mantener su statu quo (si es con recursos, mejor). Al igual que a muchos líderes del Sur.

Los que están pagando esta situación: los de siempre. Los saqueados, los desplazados, las violadas, los asesinados, los embargados…

La cuestión del Norte es muy compleja y de difícil solución. No cabe duda. Los tuaregs tienen su parte de razón. Como los habitantes del Sur. Ojalá se pudieran abrir las puertas al diálogo. Ojalá no sea demasiado tarde… Insh’Allah!

Malí celebra el tercer puesto en la Copa África de Naciones, mientras mira al Norte

Nadie o casi nadie apostaba por ellos, pero Malí logró ayer el tercer puesto de la Copa Africana de Naciones 2012, tras batir a Ghana por dos goles a cero. Un doblete de Cheick Diabaté, el delantero centro de los Girondins de Burdeos, dio la victoria a las Águilas, que consiguieron así su mejor resultado en esta competición desde que Malí accediera a la final en 1972. Hace 40 años.

Numerosos y, también, numerosas habitantes de Bamako, la capital, que siguieron el partido en torno a la televisión de las tiendas más cercanas -o desde sus casas- esperaban ansiosos la victoria después del segundo gol de su selección. Por eso, cuando el árbitro pitó el final, la celebración no se hizo esperar. Voces de todas las edades gritaban en bambara, la lengua más hablada en el país: “Mali ye bu do, Mali ye bu do… (Ha ganado Malí, ha ganado Malí…)”.

Sin embargo, lo que diferencia este campeonato, celebrado en Gabón y Guinea Ecuatorial, del que tuvo lugar en Angola hace dos años, no solo es el anfitrión o la clasificación de la selección maliense, sino la repercusión que han tenido ambos en la prensa mundial y, demostradamente, en la española.

A principios de 2010, días antes del comienzo de la Copa África de Naciones y durante los meses previos a la celebración del Mundial de Fútbol de Suráfrica, desde la sección de deportes de, prácticamente, todos los medios se dudó de la capacidad de cualquier país africano para llevar a cabo con éxito un acontecimiento de tales dimensiones. La selección de Togo acababa de sufrir un ataque en la región angolana de Cabinda.

Se cubrió la noticia y se contó que el Frente de Liberación del Enclave de Cabinda (FLEC) había reivindicado el atentado, pero las causas apenas se intentaron descifrar. Cabinda, fronterizo con la República Democrática del Congo y la República del Congo pero sin territorio colindante con la República de Angola a la que pertenece, es un enclave estratégico. En aquel momento, el petróleo extraído en Cabinda representaba en torno al 70% de las exportaciones de crudo del país.

No obstante, una vez superados los temores, la Copa África de Naciones 2010 se jugó sin mayores incidentes en Angola, en Suráfrica todo fue bien, los africanos se sintieron orgullosos de ello, España se proclamó campeón del mundo de fútbol, los españoles lo celebraron a lo grande y Cabinda aún quedó más en el olvido de periodistas y lectores.

Esta vez algunos medios han hablado del partido disputado entre Ghana y Malí (jugaba el barcelonista Keita), sin embargo también serán contados los que dediquen el espacio necesario a los problemas que están sufriendo los malienses, desde hace semanas, tras los nuevos y continuados ataques de los rebeldes tuaregs en el norte del país. La situación es, asimismo, demasiado compleja para analizarla en este artículo y, además, tal vez incluso sea prematuro hacerlo en el corto plazo, pero ojalá la alegría de los bamakoises pueda perdurar en el tiempo, si pronto se restablece la paz como la mayor parte de los malienses desean.

Ayer mismo también se anunció que Canadá y Estados Unidos han firmado un acuerdo con el ministerio de Defensa maliense para reforzar los efectivos del ejército de Malí y para mejorar la ayuda humanitaria en la zona del conflicto. Juzgar los motivos de esta nueva alianza,  más allá de los comunicados, entra dentro del análisis que se prefiere dejar para el futuro. Lo que sí se considera conveniente adelantar, puesto que muchos lectores todavía lo desconocen, es que, junto a otras múltiples variables que dificultan el estudio de lo que está sucediendo en Malí, la teoría de la “maldición de los recursos” podría cobrar fuerza, una vez más, en África.

Desde hace ya tiempo, la propia Agencia de la Promoción de las Inversiones (API) maliense reconoce en su web que la prospección de hidrocarburos se desarrolla en dos regiones del norte de Malí: Taoudénit (Tombouctou) y en Gao. De ello se ocupan cinco sociedades (Baraka Venture, Mali Petroleum, Mali Oil, Markmore y Energetic). Veintitrés bloques sobre un total de las 27 “han sido adjudicados”, destaca API.

Tombouctou, Gao y Kidal son las tres regiones que conforman el norte del país.